Con su permiso, diputado presidente. Para iniciar mi intervención hago referencia al término que escuchamos de uno de los oradores de Acción Nacional: una lamentable reforma o enmienda.
No permitiremos la intromisión de un poder en la esfera del otro
Creo que lo único lamentable es que Acción Nacional gobernó, mal gobernó por 12 años a nuestro México querido. Un gobierno antidemocrático, autoritario y corrupto.
Compañeras y compañeros legisladores, el respeto a la división de poderes es forzoso, si se busca alcanzar la plenitud democrática que merecemos todas y todos los mexicanos, una integridad de democracia que saque a México de las décadas de estancamiento neoliberal en las que nos sumergieron los gobiernos del pasado.
Los diputados y las diputadas que somos parte de la cuarta transformación de la sociedad, tenemos el deber ineludible de democratizar las instituciones de nuestro país a costa de lo que sea, sin importar si en el camino se ven afectados aquellos, quienes durante décadas se vieron beneficiados de la corrupción tan natural de ese rancio y caduco régimen.
Compañeras y compañeros legisladores, tenemos la obligación de respetar y hacer respetar el principio de división de poderes, tan necesario en un gobierno democrático donde se tiene como principio el respeto a la decisión de las mayorías.
Hoy, señoras y señores diputados, es el tiempo en el que se deben de garantizar relaciones respetuosas con legisladores y autoridades judiciales, las cuales comprenden también a las autoridades electorales para intentar golpear a un gobierno democrático, un gobierno que la esperanza de más de 30 millones de mexicanos y mexicanas, quienes por medio del voto informado y razonado y consciente en las urnas, expresaron su voluntad de cambiar de un viejo régimen de privilegios a un gobierno que lo único que privilegia es el bienestar de la sociedad en general, empezando por aquellos a los que las políticas neoliberales los despojaron de casi todos los beneficios a los que también tienen derecho.
De ahí que debemos de alejarnos a nuestros legislativos, de ambigüedades interpretativas o que dejan a la imaginación a los diferentes actores políticos, su aplicación y lo más grave, ser traductores no autorizados de lo que quiso decir el legislador.
Pero cuál es la preocupación del Partido Acción Nacional y del Partido Movimiento Ciudadano, quieren dejar sin protección y respaldo jurídico los actos que emitan en su forma de gobierno interior ambas Cámaras del Poder Legislativo y eso no lo vamos a permitir. Para esos legisladores con aspiraciones de juristas que se desgarran las vestiduras, les recuerdo que el artículo 70 de nuestra Norma Fundamental establece muy claramente que en el caso del Poder Legislativo tendrán derecho a expedir la ley que estructura y funcionamiento interno y que en el caso nuestro es la Ley Orgánica del Congreso General y esta no podrá ser vetada ni necesitará la promulgación del mismo por el Ejecutivo federal.
Qué argumenta falsamente el PAN y Movimiento Ciudadano. Que se está violando la ley. Pero no dicen nada de la misma Ley Orgánica del Congreso General en su artículo 3o. que establece el excluir del sistema de pesos y contrapesos, por ejemplo, la facultad exclusiva, y repito la facultad exclusiva, de reformar y adicionar leyes internas y excluirlas de promulgación y veto por parte del Ejecutivo.
No venimos a descubrir el hilo negro, pero tampoco debemos de aceptar dejar a la libre manipulación de otro poder, llámese quien se llame, los actos de este Congreso General.
Que hemos tenido misiones legislativas. Claro que sí. Pero eso no significa que deleguemos la facultad exclusiva de legislar a otro Poder de la Unión, o en el peor de los casos, a los órganos autónomos, ya que no cuentan con la facultad que nos otorga el artículo 89, fracción I de nuestra Constitución, que claramente establece el principio de reserva de ley a este Congreso de la Unión.
Por tal motivo, los diputados y diputadas del Partido del Trabajo, estamos de acuerdo en apoyar esta reforma que deja muy claro que el Poder Legislativo es autónomo en su régimen interior y no debe de permitir injerencias que ataquen la estabilidad de nuestro Congreso de la Unión. Es cuanto, diputado presidente.
